Abordaje clínico muy sólido y confiable.
La Psicología Integral de la Persona nace del deseo de ejercer una psicología que responda a las preguntas del fin último del ser humano. Los trascendentales son temas que nos atraviesan a todos: ¿Cuál es el sentido de mi existencia?¿Quién soy? ¿Qué valor tiene mi persona? ¿Para qué me estoy esforzando? ¿Qué es ser libre? ¿Qué es el amor? ¿Cómo puedo ser feliz? ¿Cómo puedo ser auténtico? ¿Qué sentido tiene mi dolor? ¿Cómo puedo alcanzar la plenitud? ¿Qué es sentir Paz interior?
Se abre una profunda reflexión interdisciplinaria integrando las diferentes corrientes contemporáneas de la psicología y búsqueda de coherencia con una antropología filosófica personalista. La unidad de la persona es clave en la Psicología Integral.
La experiencia terapéutica del paciente tiene como objetivo poner orden a la dimensión emocional. Se tiene en cuenta las facultades humanas, sobre todo los sentidos internos de cada persona, las relaciones que están asociadas a la emoción y la dimensión racional y biológica, etapas de desarrollo personal y familiar.
El conocimiento profundo de sí mismo se va adquiriendo a lo largo de la psicoterapia y se orienta a descubrir el camino de la madurez en todas las áreas de la persona. Se apunta también a la sanación de puntos de conflicto emocional para que la persona tome decisiones y pueda acompañar de forma adecuada las dinámicas emocionales internas orientadas al fin último o el sentido de su vida.

En el orden antropológico
Toda intervención psicoterapéutica orientará a la persona que consulta hacia una mirada sobrenatural o espiritual. De manera que se consiga subordinar las facultades sensibles a las facultades espirituales.
En el orden de la naturaleza
Terapéutico es todo aquello que secunda el orden natural de maduración propio de los procesos de la persona. El orden interior personal sólo se alcanza cuando se acompaña el orden moral natural, supone una transgresión violenta lo que no acompaña este orden de la naturaleza.
En el orden personal
Las intervenciones terapéuticas serán fundamentalmente orientadas a responder el sentido último de mi existir, es decir, la misión trascendente a la que cada persona es llamada en su historia particular. La terapia auxilia al paciente a redescubrir, desarrollar y madurar la vocación o misión que fundamenta el sentido de sus esfuerzos y su propia existencia.
En el orden moral
La terapia no apunta a trabajar en este plano, puesto que no es propio de la Ciencia de la Psicología. Podrá generar una reflexión profunda con la persona como canal de discernimiento libre y personal, incluso animando a que acuda a referentes que pueden acompañar mejor esta dimensión. La orientación moral la pueden recibir de otras personas, procuramos no sustituir en nuestra intervención con los criterios de otros saberes involucrados en esta área de la moral.
Eficacia de la terapia
La persona o paciente es agente de su propia sanación. Es de suma relevancia que el paciente sienta estima, respeto y consideración, lo cual se traduce en un auténtico interés por su persona y su salud. Es necesario un amor comprensivo y benevolente con la persona en la relación terapéutica. La eficacia del tratamiento psicoterapéutico también está asociado a la madurez propia de la personalidad, la armonía y el equilibrio del terapeuta.
“El ser humano no se conforma con existir, necesita saber para qué existe.”